En el Vaticano exponen dos obras de Bartolomeo y Rafael, jamás vistas por el público.
En 1513, el fray dominico Bartolomeo viajó de Florencia a Roma para realizar dos cuadros de San Pablo y San Pedro, patronos de la gran ciudad italiana. Realizó ambos bocetos y alcanzó a completar el del autor de la Carta a los Romanos. Ambos iban a colocarse en la iglesia de San Silvestro al Quirinale. Lamentablemente, el artista abandonó Roma. Tras su muerte, Rafael (Raffaello Sanzio), a quien había influido en el don de los colores y las formas, terminó la pintura de San Pedro.
Rafael murió en abril de 1520. Para recordar los cinco siglos de su partida, el año pasado iban a exponerse ambos cuadros, que nunca estuvieron accesibles al público, en los Museos Vaticanos. La pandemia de COVID-19 y su consecuente cuarentena atrasaron todo. Sin embargo, ya pueden contemplarse en la Sala XVII de la Pinacoteca Vaticana hasta el 8 de enero de 2022. Además se exhiben los primeros bocetos de los cuadros, que estaban conservados en la Galleria degli Uffizi de Florencia y cuya restauración insumió más de un año y medio.
Eike Schmidt, director de la citada galería florentina, señaló, a www.romereports.com, que este par de obras, “en cierto modo, refleja la colaboración que hubo entre Rafael y Fra Bartolomeo. Aunque fue al revés porque en aquella época era Rafael el que estaba en Roma y era un laico. Era uno de los artistas más famosos del Alto Renacimiento. Fra Bartolomeo, en cambio, tenía su taller en Florencia, en el Monasterio de San Marcos.”